Taxonomía de Bloom: cómo aplicarla

Para los docentes no es nada sencillo buscar referencias en su día a día. Sin embargo, conocer la taxonomía de Bloom y saber cómo aplicarla es de gran ayuda. Si quieres saber más sobre esta herramienta imprescindible para enseñar y aprender, no te pierdas este artículo. ¡Comenzamos!

¿Qué es la taxonomía de Bloom?

Esta teoría la diseñó el Doctor en Educación de la Universidad de Chicago Benjamin Bloom en 1956. Gracias a ella, es posible evaluar el nivel de conocimiento adquirido en una materia o área.

Cuando se realizan evaluaciones educativas, se pretende comprobar si tras el período de aprendizaje los alumnos han adquirido nuevas habilidades o conocimientos. Por este motivo, aplicar esta herramienta es muy útil para cuantificar cómo es el proceso de aprendizaje de cada alumno.

¿Para qué sirve la taxonomía de Bloom?

La taxonomía de Bloom permite jerarquizar los procesos cognitivos en distintos niveles. De este modo es mucho más sencillo realizar las evaluaciones. A cada nivel se le pueden asociar unos verbos que se utilizarán para concretar ciertos objetivos de aprendizaje.

Además, para formular dichos objetivos es necesario tener en cuenta el nivel de desarrollo de los alumnos y la congruencia con las actividades y tareas propuestas. Del mismo modo, el planteamiento y descripción de los contenidos debe ser siempre en infinitivo.

La taxonomía de Bloom también se asocia a la creación de ejercicios, tareas y actividades. Estas se ven realizadas en el punto más álgido de su cima mediante el trabajo por proyectos.

Imagen obtenida del Gobierno de Canarias a través de la Consejería de Educación, Universidades, Cultura y Deportes.

La imagen anterior no es la forma en que ha llegado hasta nosotros la taxonomía porque en 2001 sufrió una revisión por parte de antiguos alumnos del doctor Bloom. Así, Lorin Anderson y David R. Krathwohl realizaron unos cambios para que la gráfica quedase de la siguiente manera:

Imagen obtenida del Gobierno de Canarias a través de la Consejería de Educación, Universidades, Cultura y Deportes.

Los discípulos del doctor Bloom cambiaron los sustantivos por verbos y la denominación del primer nivel pasa de «conocimiento» a «recordar». Asimismo, se amplía el nivel de síntesis y se relaciona con la creación como un concepto mucho más general.

Por otro lado, al cambiar el orden de los dos últimos niveles y anteponer la evaluación a la creación, se entiende que crear es el pensamiento de mayor orden.

Diferentes niveles en la Taxonomía de Bloom

La jerarquía de la estructura va desde los pensamientos de orden inferior y más simples hasta los más complejos o de orden superior. Las 3 áreas en las que se centra son:

  1. Cognitiva o intelectual.
  2. Afectiva o actitudinal.
  3. Psicomotora o procedimental.

Cognitivo

Este nivel hace referencia al modo en que procesamos la información, las capacidades y habilidades intelectuales que se ponen en marcha cuando tratamos con datos.

La estructura sería algo así:

  • Conocimiento
  • Comprensión
  • Aplicación
  • Análisis
  • Síntesis
  • Evaluación

Afectivo

En este nivel se observa el papel que juegan las emociones durante el proceso de aprendizaje. Por ello, aquí se analizan las actitudes, intereses, sentimientos, emociones, valores y prejuicios del individuo.

La pirámide de menos a más quedaría así:

  • Recepción.
  • Respuesta.
  • Valoración.
  • Organización.
  • Caracterización.

Psicomotor

En este nivel se aprecian las habilidades y destrezas corporales o de tipo motor: coordinaciones musculares y neuronales durante el desarrollo del aprendizaje de los individuos.

Aunque Bloom representó el proceso de aprendizaje en diferentes niveles, eso no quiere decir que siempre se comience en el nivel más bajo. El motivo es que el proceso de aprendizaje se puede iniciar en cualquier punto.

En este caso, la estructura quedaría de la siguiente manera:

  • Imitación.
  • Manipulación.
  • Precisión.
  • Control.
  • Automatización.
  • Creatividad.

Taxonomía de Bloom para la Era Digital

Tras los trabajos de Anderson y Krathwohl se le da paso al doctor Andrew Churches, el cual da una vuelta de tuerca más a la taxonomía de Bloom para actualizarla a nuestra época. Así, la visión de Churches se centra en introducir acciones relacionadas con las tecnologías digitales, pues la concepción de Bloom buscaba responder a las necesidades de la escuela tradicional.

Sin embargo, esta revisión no modifica ni los niveles de la taxonomía ni su denominación, solo introduce aprendizajes propios de esta era digital. Por ejemplo, se introduce «hacer búsquedas en Google», «publicar», «recopilar información de medios», «programar», «subir archivos a un servidor»…

La siguiente herramienta está basada en la Taxonomía de Bloom y categoriza los aprendizajes. Muestra una pequeña explicación por niveles y diferentes palabras clave, acciones y resultados. Asimismo, también existen preguntas clave que ayudan a mejorar en cada nivel de aprendizaje.

Imagen obtenida del Gobierno de Canarias a través de la Consejería de Educación, Universidades, Cultura y Deportes.

Como ves, conocer la Taxonomía de Bloom y cómo aplicarla es clave para cualquier docente. Si quieres seguir añadiendo más herramientas útiles a tu «saber hacer», te recomendamos seguir conectado con nosotros para recibir más material que te ayudará a mejorar en tu profesión. Por ejemplo, con este artículo donde te explicamos qué es y cómo usar Socrative.

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