Ejemplos de metacognición

La metacognición es un concepto que en los últimos años se ha hecho muy popular. Se alude a él en áreas como la pedagogía o la psicología con cierta frecuencia y hace referencia a una serie de procesos destinados a la conciencia del pensamiento.

¿Qué es la metacognición?

La metacognición es la capacidad innata de las personas para comprender y predecir nuestra conducta y la de quienes nos rodean. Dicho de otro modo, es la capacidad para reflexionar sobre los diferentes procesos de pensamiento con los que podemos interpretar la realidad. Además, también hace referencia a la habilidad para monitorizarlos, controlarlos, evaluarlos y regularlos.

Se desarrolla en torno a los 4 años de edad y solo los seres humanos la tenemos. 

Algunas de las funciones de la teoría de la mente nacen con nosotros, pero otras se desarrollan con el paso del tiempo. Cuando una persona desarrolla la metacognición, puede comprender su mente y la de los demás. En cambio, si esto no sucede, puede darse una patología como, por ejemplo, el autismo. No obstante, existen algunas técnicas con la que desarrollar la teoría de la mente en niños que padecen este trastorno.

Tipos de metacognición

Según las capacidades cognitivas, podemos identificar varios tipos de metacognición:

  • De la memoria. Es el conocimiento de la capacidad de la memoria para contrastar y relacionar conocimientos ya almacenados con otros nuevos.
  • De la atención. Consiste en conocer la capacidad de focalizar la atención en un momento o tarea concreta. Además, identificar los factores que dificultan mantener la atención ayudan a optimizar esta capacidad.
  • De la comprensión. Esto nos permite aprender a aprender. Para ello, debemos saber cuál es la capacidad para comprender conceptos y utilizarlos.
  • De pensamiento. Es el conocimiento del pensamiento propio. Esta habilidad nos permite reflexionar sobre qué y cómo pensamos.

Metacognición: ejemplos prácticos

La psicología y la psicopedagogía son algunas de las áreas en las que este concepto está muy presente. Las utilidades prácticas y diarias de la metacognición las podemos apreciar en:

  • Mejora de la toma de decisiones.
  • Fomenta el pensamiento crítico.
  • Permite practicar la empatía y la metacognición social.
  • Aumenta la autoestima porque te muestra tus habilidades y destrezas.
  • Evita la reiteración de patrones o el estancamiento cuando no se obtienen resultados.
  • Te ayuda a controlar las emociones y los sentimientos.
  • Es una estrategia muy acertada para cultivar el éxito.
  • Evita que los errores o los fracasos puedan condicionar lo que puedes conseguir.

Implicaciones de la metacognición en el aprendizaje

Como ves, la metacognición no es solo un concepto abstracto, sino que tiene cabida en el día a día. Pero, por otro lado, también se utiliza de forma activa en los procesos de aprendizaje.

Aprender un segundo idioma

Los expertos e investigadores alaban los programas orientados a la enseñanza de un segundo idioma que han incorporado los paradigmas de la metacognición. El motivo es que es una forma de que muchos estudiantes puedan superar la barrera que supone un nuevo idioma. Así, se puede reflexionar acerca de las estrategias de estudio, estar atento a los puntos débiles y fuertes, aprender a dirigir el proceso y valorar de forma objetiva los resultados obtenidos. Con todo ello, se aprecian diferencias notables.

Mejorar las habilidades musicales

De nuevo, estamos ante un área de estudio que puede ser compleja para algunas personas, aunque tengas un gran interés. Diferentes estudios e investigaciones han demostrado que la metacognición agiliza el aprendizaje de los conceptos musicales.

Por tanto, esto es de utilidad no solo para quienes desean aprender a tocar un instrumentos, sino también para quienes se quieren dedicar a la música de forma profesional. En un corto plazo de tiempo, se pueden apreciar los beneficios de esta técnica y aumentan a medida que se usa de forma regular.

Comprensión matemática

La metacognición también puede mejorar las habilidades en esta área. No hay duda de que el estudio de las matemáticas suele provocar cierto rechazo. Esto no se produce por el contenido, sino por el enfoque o la estrategia de estudio que se aplica.

Gracias a la metacognición se puede optar por modelos de estudios alternativos con resultados increíbles.

La psicología todavía tiene mucho por estudiar acerca de la implicación de la metacognición en ciertos procesos para utilizarla en nuestro favor. Pero, sin duda, su utilidad trasciende al entorno educativo, pues explora ideas tan interesantes como el autoconcepto y la forma en que nos relacionamos con nuestro entorno.

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